Hoy recordamos con mucho cariño a Olga: Urbanista Egresada de la Universidad Simón Bolívar, Especialista en Sistemas de Información Geográfica de la Universidad de Gerona, España, con estudios de maestría en desarrollo y ambiente también en la USB. Una ciudadana destacada de nuestra comunidad, por su lucha continua por los Derechos Humanos y la educación de calidad en el país
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Olga Ramos fue egresada como urbanista de la Universidad Simón Bolívar, especialista en Sistemas de Información Geográfica de la Universidad de Gerona, España, con estudios de maestría en desarrollo y ambiente también en la USB. Dedicó su vida a la defensa de los derechos humanos, en particular de la educación, en torno a la cual desarrolló su trayectoria profesional y su trabajo investigativo de análisis de políticas educativas. Fue fundadora del Observatorio Educativo Venezolano e integrante de la organización no gubernamental Asamblea de Educación. Trabajó como profesora en el Programa de Formación para Líderes Emergentes Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y de la Especialización en Gerencia de Instituciones Educativas de la Universidad Metropolitana. Fue Presidente de la Asociación de Egresados de la USB e integrante de la coral de profesores Garúa.
En 2014 fue la primera galardonada con la Orden Ernesto Mayz Vallenilla que otorgan conjuntamente la AEUSB y la USB por sus invalorables aportes a la educación en Venezuela, y por representar a cabalidad los valores de calidad, excelencia, responsabilidad y creación de futuro que son parte de la USB. En agosto de 2022 recibió un reconocimiento como egresada destacada, por su excelente trayectoria y por sus aportes en defensa de la Universidad y su institución.
Por eso, hoy deseamos recordar un momento especial que vivimos durante su discurso en la entrega de la Orden Mayz Vallenilla:
"Para variar, me salté el protocolo. Pero tal como estaba escrito, debía decir:
Rector Prof. Enrique Planchart
Vicerrector Académico Prof. Rafael Escalona
Vicerrector Administrativo Prof. William Colmenares
Secretario Prof. Cristian Puig
Familiares del Dr Mayz Vallenilla,
Miembros del jurado: Alberto Held, Geraldina Palm, Eduardo Capiello y Mineau Reyes
Orden Ernesto Mayz Vallenilla, Rector Fundador y Jardinero de la USB
Estimados amigos egresados de la primera promoción de la Universidad.
¡Amigos todos!
Es un honor y un placer estar aquí con ustedes hoy.
Me vine con una guía de Estudios Libres, porque ingresé en la Universidad Simón Bolívar en uno de los mejores
programas que ha existido en la universidad. Paradójicamente, en mi primera reunión del Consejo Directivo a la
que asistí como delegado estudiantil, se tomó la decisión de eliminarlo.
(La guía que traje se titula Implicaciones ético-sociales y políticas del desarrollo científico y tecnológico. Era la
unidad 3 de los estudios generales que se cursaban en el primer año y su contenido dice mucho sobre la calidad
y el enfoque de la formación que se pretendía alcanzar en la USB desde sus inicios).
Por las buenas enseñanzas, tanto de las buenas cosas como de las cosas difíciles, y es quizá esa mezcla de
vivencia lo que nos permitió a nosotros entender y crecer como personas.
En la universidad, por ejemplo, yo entendí que la vida es un entramado de relaciones que se da en distintos
espacios, en distintos contextos, nosotros como personas tejemos nuestra vida y la tejemos en relación con otros.
Existimos porque nos relacionamos con otros y somos porque somos en conjunto, y creo que esa es una de las
cosas que aprendimos en la práctica de la universidad, aunque no necesariamente, en sus inicios estaba en la
esencia de la universidad.
Y todo el mundo que me conoce sabe que hable así porque siempre he sido crítica desde estudiante, por lo que
no podía pararme aquí sin serlo. Cuando esta universidad fue concebida, una de las cosas que tenía como
premisa era una distribución de los estudiantes que no favorecía la organización estudiantil.
(En efecto, desde su distribución física, hasta la organización de los horarios y la asignación de las secciones
estaba concebida para ello. Algo que para algunos era una hipótesis en nuestra época de estudiantes, pudimos
corroborar, por una de las autoridades fundadoras, que en efecto existían unas pautas de diseño con ese
propósito, que respondía a las circunstancias del momento que vivía el sector universitario, cuando se fundó la
Universidad Simón Bolívar) No la favorecía. Sin embargo, la permitió.
Durante muchos años vivimos una universidad que construimos en relación con la institucionalidad y muchas
veces para transformar la institucionalidad. Y eso se permitía en la universidad, era una cosa que se promovía y
que por muy difíciles momentos que hayamos vivido, nos dejó unas grandes enseñanzas.
Nosotros miramos a Venezuela hoy, particularmente en estos días y nos preguntamos ¿Qué es lo que hace que
nosotros seamos como somos hoy como país?
En estos días cuando me enteré que tenía que decir unas palabras, estaba reflexionando mucho sobre qué le
pasó a nuestra generación y estaba pensando que, en efecto, la nuestra, era una generación que estaba
escindida desde el principio. Porque nosotros hemos marcado la diferencia en algunos ámbitos, y otros, que
tenían una manera distinta de ver la vida. también han marcado una diferencia en otros ámbitos.
La Venezuela que hoy tenemos es el resultante de este proceso. De un proceso donde coexistimos, y no
necesariamente convivimos.
Y una de las cosas sobre las que tenemos que reflexionar hoy es ¿Cómo hacer para que este espacio de
coexistencia pueda trascender y convertirse en un espacio de convivencia?
Porque nosotros podemos tener muchos espacios en los que coincidimos y ser en relación con el otro, pero
podemos ser a partir de la convivencia o de la confrontación, podemos ser a partir de la empatía o de la
indiferencia. Y parte de lo que nos está pasando hoy tiene que ver con que no supimos cultivar la empatía como
sociedad, y permitimos que la escisión que se da por la indiferencia y por la aversión, sea lo que haya tomado
algunos espacios y hoy en día esté en gran parte de la dinámica que determina nuestra institucionalidad como
país.
Tenemos que pensar en cómo revertir esto, cómo transformarlo, qué tenemos que hacer como sociedad, que
estamos en una encrucijada importante, en la que podemos mantener el país así y afianzarse esta forma de ver
la dinámica entre nosotros, o podemos transformarla en una que sea mucho más incluyente y que tenga una
visión mucho más ecológica de la vida. Y cuando me refiero a una visión más ecológica no me estoy refiriendo
nada más a los temas ambientales, sino a una visión que entienda que la vida es una trama y que lo que nosotros
hacemos tiene consecuencias, consecuencias inmediatas y cercanas, pero también tiene consecuencias mucho
más allá por los impactos que genera.
Que la acción tiene consecuencias, pero la no acción también tiene consecuencias. Tomar una decisión y
participar, tiene unas consecuencias, pero no participar también es tomar una decisión e incidir en un resultado.
Cuando nosotros comprendamos que para poder vivir en relación tenemos que construir la convivencia y que la
convivencia no es algo que viene sobreentendido, creo que vamos a tener la posibilidad, de transformar mucho
más y con mucho más impacto el país que tenemos.
Calidad, excelencia, responsabilidad y creación de futuro, son los elementos por los cuales se define esta orden y
creo que nosotros como egresados, muchos tenemos calidad, trabajamos con excelencia, asumimos la vida con
responsabilidad y fraguamos el futuro.
Pero no es suficiente y está claro que no es suficiente. Y para mi es importante que pensemos y que hoy nos
llevemos la reflexión de la importancia de la empatía, porque en la medida en la que nosotros entendamos, que la
empatía es el elemento que nos va a poner en relación con el otro para construir con él, transformarnos juntos, en
esa medida vamos a tener una Venezuela diferente, no la Venezuela que no nos gusta, pero que también forma
parte de lo que somos.
Y una última cosa, cuando hablo de empatía, no hablo solamente de ponernos en el lugar del otro, que es la
definición de la empatía, sino también de reconocernos en el otro. Buena parte de lo que es Venezuela hoy, de lo
que no nos gusta de Venezuela hoy que forma parte de lo que somos, muchas veces metido debajo de la
alfombra, a veces tapado por la conveniencia, pero forma parte de lo que hemos sido y eso no lo hemos visto,
como algo indeseable que tenemos que transformar. Tenemos que comenzar a pensar en eso también. En
comprender por qué somos como somos, qué tanta responsabilidad tenemos en ello y definitivamente, tratar de
transformarlo a partir, inclusive, de nuestra propia transformación.
Con esto quiero agradecer infinitamente, a los miembros del jurado, infinitamente al Consejo Directivo, a los
compañeros que me postularon, a mi familia que forma parte importante de mi vida, pero no solamente a mi
familia biológica, que es la que hace muchísimo de lo que soy, por ejemplo mi hermana fue una parte
fundamental de mi vida en la universidad, sino también a mi familia extendida. En la universidad comencé a
cultivar una familia diferente, que es la familia que se arma con las familias de los amigos que lo reciben a uno en
la casa, pero también la que se arma con los amigos con los que uno hace familia. Hay personas con las que,
desde la universidad, y ustedes también lo deben haber vivido así, hicimos familia y seguimos siendo familia, esa
gran familia extendida que somos, es una cosa importante en nuestras vidas. Y hay instituciones especiales.
No puedo irme de aquí sin nombrar, al menos, tres de ellas, la proveeduría estudiantil donde aprendí a trabajar, y
aprendí que la propiedad social tiene sus ventajas y sus desventajas, que los regímenes asamblearios, tienen
algunas ventajas y muchísimas desventajas. El movimiento Fórmate y Lucha, que me forjó políticamente y que
quizá es lo que marcó más mi vocación de servicio y mi vocación de participación política y una cosa que nació
cuando no estaba ya tan jojota, pero que permitió desarrollar una faceta de mi formación integral que siempre
quise y no pude tener, porque la política no me dejaba dedicarme a otras cosas, que es el Grupo Vocal Garúa
que ha sido una experiencia de profesores de la universidad que ha permitido que establezcamos un espacio de
convivencia real, donde en momentos por la tolerancia, hemos coexistido, en momentos difíciles con posiciones
políticas enfrentadas haciendo lo que nos gusta que es cantar. Eso también forma parte importante de nuestras
vidas y con esto y el agradecimiento a todos, termino.
Muchísimas gracias y es una inmensa responsabilidad y le digo aquí a los familiares del Primer Rector y Jardinero
de la Universidad Simón Bolívar, que ese es el más bello título que ha tenido y creo que él pensaba exactamente
lo mismo que es un honor y una gran responsabilidad recibir esta Orden hoy, que incrementa el compromiso con
el que siempre me he relacionado con la vida y con el país.
Muchísimas gracias
Olga Ramos"
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